Tras el primer día del viaje paseando por Xi’an, el plan para el segundo día era ir hasta el emplazamiento de los Guerreros de Terracota - 兵馬俑( bīng mă yŏng), que se encuentran a unos 33Km de Xi’an. La mejor forma de ir seguramente sea en taxi, pero sinceramente pasaba de pagar los 500 RMB que querían cobrar todos los taxistas a los que preguntamos, por lo que opté por la opción de los pobres… el autobús urbano que te lleva por 7 RMB y que sale de la estación al lado de la puerta norte.
Por el camino, no hay mucho que ver, salvo los interminables campos de granadinas que además se dedican a vender en pequeños puestos en los márgenes de la carretera.
Una vez llegas a la última parada te bajas del autobús y tras unos 10 minutos de paseo llegas a la entrada del complejo. Como ya era casi al final de las vacaciones no tuvimos que hacer cola para comprar los tickets aunque sí que tuvimos que pagar los 280 RMB (casi 30€) que cuesta la entrada completa que todo sea dicho, me parece del todo excesivo, sobre todo una vez hecha la visita… pero bueno, ya que estábamos allí, tampoco íbamos a dejar, de entrar, ¿no?
Tras un breve paseo por los jardines que van desde la entrada a la exposición propiamente dicha,
Llegas a los pabellones que albergan los 3 fosos de excavación que tienen entre 4 y 8 metros de profundidad.
Como yo soy rarito, preferí hacer la ruta a la inversa y entrar por el pabellón #3 que tenía más de 1000 guerreros aunque casi sin restaurar.
Después de esta nos pasamos al pabellón #2, también conocida como el pozo de los generales donde solamente hay 69 esculturas.
Es también en este pozo donde se encontraron 2 carros de bronce a escala 1:2 con incrustaciones de oro y plata que se supone eran los carros que utilizaba el emperador para transportarse durante sus viajes.
Para terminar la visita nos pasamos por el pabellón #1 que es el que más soldados tiene y el que yo esperaba fuese el más espectacular.
Pero para mí el problema es que realmente no acabó de impactarme y me dejó bastante frío. No sé bien si por el hecho de ser el más luminoso de los pabellones, por lo que no había un buen juego de luces que pudiese crear esa sensación de “grandeza” o bien porque los grupos de jubilados americanos no hacían más que gritar y empujar sin el menor tipo de educación me pusieron de bastante mal humor. Pero el caso es que no acabé de disfrutarlo tanto como me hubiese imaginado.
El hecho de que todavía se estén realizando labores de excavación y restauración supongo que tampoco ayuda demasiado a poner en situación al visitante.
Después de algo más de 2 horas visitando todos los pabellones, entreteniédonos en sacar alguna foto decente a los más de 6.000 guerreros que hay en toda la exposición para llevarnos, decidimos que era hora de regresar a Xi’an para comer y preparar el viaje a Huashan del día siguiente.
A pesar de todo lo que he comentado mi respuesta a si merece la pena hacer esta visita, la respuesta es si, ya que a pesar de que no me haya impactado no deja de ser patrimonio de la humanidad, ya puedo marcar en la lista que he estado ahí y además los recuerdos es algo que permanece y engrandece la experiencia en si misma cuando lo ves con retrospectiva, pero si la pregunta es si merece la pena ir a Xi’an para ver los guerreros única y exclusivamente , para mí la respuesta es claramente no ya que no me parece tan espectacular y la entrada es demasiado cara para lo que ofrece.