martes, 5 de abril de 2011

En el banco. Burocracia china 2.0.

Tal como prometí la semana pasada después de comentar brevemente los problemas habituales a los que nos vemos sometidos los extranjeros que vivimos en China debido a la forma completamente diferente que tenemos a la hora de solventar problemas. Hoy
paso a relataros la segunda parte de mis desventuras con el Bank of China.


Desde que me he mudado a Harbin, mi salario es en Euros y es pagado en España, por lo que para ir sobreviviendo tengo que transferirme dinero a mi cuenta China ya que en la mayoría de los locales en los que permiten pagar con tarjeta la única forma de hacerlo es con una tarjeta local.

Abrir una cuenta no tiene mucho problema e incluso se permite tener diferentes divisas dentro de la misma cuenta, lo que es bastante beneficioso, ya que en función del cambio puede ser conveniente cambiar más o menos Euros a RMB en función mis necesidades.

El problema puede aparecer cuando tienes que realizar el cambio, ya que una tarea tan simple como esa, implica tener que hablar con una o dos personas en la caja del banco, además de rellenar unos cuantos formularios y todo ello solo puede ser realizado entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde, por lo que para mí, que salgo de casa a las 7 de la mañana y regreso a las 6 de la tarde se me hace prácticamente imposible realizarlo en persona.

Cierto es que también podría hacerlo el fin de semana, pero por una norma que no entiendo muy bien, solo se permiten cambiar el equivalente a 200€ como máximo, que en la mayoría de los casos, no te arregla gran cosa.
La solución a mis problemas es la de mandar a mi novia, que dispone de mayor libertad de horarios que yo, al banco con mi libreta y mi pasaporte a realizar el trámite por mí. Durante Enero y Febrero, mal que bien, en la misma oficina en la que abrí la cuenta y que se encuentra al lado de uno de los 2 hoteles de 5 ***** que hay en Harbin, me fueron permitiendo hacerlo.

La primera vez que quise hacerlo, fui yo con mi novia, y evidentemente no hubo ningún problema, ya que al estar yo presente, todo parecía encajar.

La segunda vez, fue mi novia sola y tampoco le pusieron ningún problema, ya que en los formularios que hay que rellenar admiten la figura del agente de cambio.

La tercera vez debieron cambiar a la señorita de la ventanilla y a partir de aquí la cosa empezó a degenerar. Le empezaron a decir que necesitaba una autorización firmada mía para poder hacer el cambio de divisas, algo que hasta el momento jamás habían solicitado. Tras discutir un poco con ellos, insistir en que jamás habían pedido autorización alguna varias consultas a varios compañeros y alguna llamada de teléfono accedieron a realizar el cambio de divisa, pero no sin antes advertir que era la última vez que lo hacían sin autorización.

Para la cuarta vez ya preparamos la autorización, más que nada para evitar problemas y efectivamente esta vez no los hubo, pero no porque llevase la autorización, sino porque ni siquiera la pidieron, al igual que habían hecho en veces anteriores.

Pero lo más problemático del caso viene ahora… Como algunos sabéis ya hemos abandonado el hotel y nos hemos mudado a nuestro propio apartamento en otra zona completamente diferente de la ciudad. Cuando hemos necesitado cambiar dinero otra vez, como es lógico hemos acudido a la oficina que queda más cerca de nuestra casa y por más que lo hemos intentado no ha habido forma de que accediesen a cambiar divisa sin que estuviese yo presente, ni con autorización, ni sin autorización, ni explicándoles que ya lo habíamos hecho antes ni nada de nada. Y repito que es cambiar divisas, no retirar dinero o cualquier otra operación.

Ante la negativa en “mi” nueva oficina hemos probado en otras oficinas de la zona y otra vez la misma cantinela… Si yo no estoy presente, no hay forma posible de hacerlo y es en estos casos en los que se te vuelve a encender la mala leche que uno lleva dentro y decides que no vas a dejarte ganar… y entonces tomas una decisión… coger un taxi e ir a la oficina al lado del hotel, donde otra vez, sin ningún tipo de problemas acceden a realizar el cambio y darme sus queridos Renminbis a cambio de mis bien trabajados Euros.

Esta vez hemos ganado la batalla contra la ausencia de lógica en China, pero aún quedan muchas más que librar en esta guerra que es vivir en China día a día ya que tal y como he explicado antes, esta carencia de coherencia o raciocinio es parte intrínseco de la cultura y que o aprendes a convivir con él o mejor te vuelves de regreso a tu país.

PD: Con todo esto no quiero decir que TODO el mundo sea así, ya que he tratado con gente de diferente procedencia, educación, estrato social, etc… y al igual que en todos lados aquí también hay gente muy válida, pero es difícil encontrarlos.