(...viene del post anterior, así que no empieces este si no te has leído antes el otro)
Si, ya se que me he retrasado un poquillo con la continuación, pero es que he estado algo liado. Espero que podáis perdonarme... Así que vamos al ajo, quiero decir... Que me iba de cena...
En ppio iba a ser solo cena de departamento (8 personas), pero luego se nos juntó el departamento de RR.HH. y el de Logística... Así que al final eramos unas 30 personas por lo que nuestra cena de departamento se convirtió en una especie de cena de Navidad de empresa, pero a lo chino y sin que nadie me previniese de ello.
Al llegar al restaurante mi jefe pidió una botella de vino blanco chino, que la verdad es que estaba bastante asquerosillo. Era como una mezcla entre cava sin burbujas y mosto... con un sabor muy dulzón. Pero como yo ya sabía que los vinos chinos no eran de muy buena calidad solo me puse un culín para probarlo y por aquello de no hacer un feo, lo que a la postre se convirtió en todo un acierto vista la calidad del vino. En cuanto acabé con la copa me pasé directamente a la cerveza, por supuesto tb china, pero a la que ya estoy acostumbrado a pesar de ser bastante suave.
El problema vino cuando sacaron la botella de “bai jiu” (léase paiyo y que traducido literalmente significa alcohol blanco)... Que es básicamente un licor tipo “aguardiente / orujo” que se destila del maíz(?) (si no me mintieron...) y de no menos de 50º. Bajo mi punto de vista tiene un sabor bastante repugnante. De hecho, el regusto que deja, me recuerda bastante al olor a bosta de vaca. Si, ese olor típico de feria de ganado, que se te mete dentro de la nariz y no se te va en unas horas... pues para mi el baijiu deja un regusto similar en la boca... Pero bueno, nada que no se quitase con un buen trago de cerveza después del chupitazo (ahí, yo a lo macho, para quitarme el mal sabor del licor... un buen sorbo de otro alcohol... Que mezclar es saludable...)
Empezamos todos a brindar por el año nuevo y no se muy bien por qué, pero yo no me la olí venir... Todo el mundo quería brindar conmigo... yo diciendo que no, que no quería beber más (sobre todo por lo mal que sabía)... y todos diciéndome que no podía hacerles ese feo... Algunos ya ni disimulaban y me decían casi directamente que me iban a emborrachar... Hasta mi jefe diciéndome que tenía que demostrar a ver si era verdad que había estado trabajando en un bar y que era un buen bebedor... Los muy capullos (bueno, en realidad, las muy... ya que eramos solo 7 chicos) se ponían medio vaso de chupito y a mi poniéndomelo a rebosar para regocijo de todo el personal... Por lo que cuando me quise dar cuenta ya eran las 8:30 de la noche y yo ya llevaba un contentillo importante...
Pero.. Ayyy!!! Amigos… llegó la hora de ir al KTV (karaoke) y allí si que se terminó de liar... Al KTV llegamos unas 15 personas entre las que se encontraban dos chicos de logística, mi jefe, yo... Además de la directora de RR.HH. y la Manager de Logística, que debe rondar los treinta y pocos... pero toda la demás gente que nos acompañaba eran todo niñas...
Para los que no sepáis que es un KTV chino, básicamente consiste en un local enorme, en el que tu vas, reservas tu salita insonorizada con tus amigos, en la que hay una TV de pantalla plana de mínimo 42 “, unos sofás, unos micros y un aparato de karaoke. Te pillas unas botellas (que son bastante baratas) y te emborrachas mientras vais haciendo turnos para cantar y juegos de beber.
Esta vez no fue una excepción... En cuanto nos sentamos pusieron la típica cesta de fruta que ponen los chinos cuando van a beber como perras y dos botellas de Chivas 12 (que me tenía una pinta de ser “fake” que te cagas...) Y para mezclar, como no podía ser de otra manera... Te rojo. No es suficiente con que se pasen bebiendo té todo el día, sino que hasta por la noche para mezclar utilizan té... yo creo que hasta toman el té con cereales para desayunar... Con los “agradables” que son los whiskycolas...
Bueno, bueno... que me pierdo... Mientras los chinos iban cantando yo me dediqué a jugar a los dados contra mi jefe, algo que es realmente tradicional aquí, me refiero a los de los dados, no a que lo hagas con tu jefe... Las primeras 5 o 6 partidas las perdí, por lo que tuve que ir bebiendo, pero después ya “descubrí” su juego y empecé a ganar y a hacer que el que bebiese fuese él...
La verdad es que los chinos cantan bastante bien... Puede ser que fuese porque yo ya iba bastante borracho y que además no me conozco las canciones chinas, pero no daba la sensación de que desafinasen demasiado (serán las horas de entrenamiento...)
Fueron pasando las horas y tras varios juegos y más canciones ya solo quedábamos la “chavalada”... A partir de este momento la noche se vuelve un poco difusa... Recuerdo haber ido al baño unas cuantas veces y sacarme una foto con el móvil (que no voy a colgar, porque no se un carajo) con uno de los simpáticos policías chinos que siempre hay dentro de los locales...
Después de haber cantado una canción en el KTV (por obligación de los que me acompañaban) y echar un par de partidas más de dados con algunas de las niñas, mientras inexplicablemente y a pesar de los tragos que le daba mi vaso siempre estaba lleno de Whisky-té, comentaron que nos íbamos a otro local.
En este momento yo había decidido que me iba a ir a junto de Max, un amigo mío que estaba de farra... lo que a la postre se convirtió en un tremendo error. Me monté en el taxi y cuando ya estaba camino de Puxi (el lado oeste de la ciudad) me empecé a encontrar un poquillo mareado... Con la borrachera que llevaba le dije al taxista que media vuelta y para mi casa, pues ya solo me apetecía descansar... pero de repente y aunque ya llevaba la ventanilla del coche abierta para que me fuese dando el aire, me entraron ganas de vomitar...y ya que tenía la ventanilla abierta... Todo por la borda...
Lo mejor de los taxista chinos es que no se enfadan si les echas la papa (algo bueno tenían que tener). Ellos siguen conduciendo tan tranquilamente, lo que hasta está bien, porque así mientras vomitas te va dando el aire en la cara y así te despejas...
Además para suerte mía, el taxista con el que iba era de los majos y simpáticos y cuando volví a meter la cabeza dentro del taxi me estaba ofreciendo una cuantas servilletas de papel para limpiarme la boca (eso si, sin parar de conducir), lo que yo agradecí enormemente aprovechando las mismas servilletas para limpiar lo poco que había manchado la puerta por fuera mientras seguíamos camino de mi casa.
Llegué a mi compound, sin saber muy bien que hora era y tras darle una propinilla al taxista me fui directo a la cama tras beberme medio litro de agua del tirón.
Al día siguiente y tras comprobar algunos SMS me di cuenta de que ni siquiera eran las 12 de la noche cuando llegué a casa en tan lamentable estado!!! A mi esto de cenar a las 7 de la tarde... no sé no sé...
Y ya como despedida del Año Nuevo Chino, unas fotos de como tenían decorado mi compound. Aquí podéis ver la puerta de mi edificio con los tradicionales Chun Lian alrededor de toda la puerta y un par de farolillos.
Más farolillos colgados de los árboles (la verdad es que estaban por todos lados)
Un par de bueyes o vacas en las puertas para dar la buena entrada al año y evitar que entren los malos espíritus dentro de casa.
Y ahí va!!!
Si, ya se que me he retrasado un poquillo con la continuación, pero es que he estado algo liado. Espero que podáis perdonarme... Así que vamos al ajo, quiero decir... Que me iba de cena...
En ppio iba a ser solo cena de departamento (8 personas), pero luego se nos juntó el departamento de RR.HH. y el de Logística... Así que al final eramos unas 30 personas por lo que nuestra cena de departamento se convirtió en una especie de cena de Navidad de empresa, pero a lo chino y sin que nadie me previniese de ello.
Al llegar al restaurante mi jefe pidió una botella de vino blanco chino, que la verdad es que estaba bastante asquerosillo. Era como una mezcla entre cava sin burbujas y mosto... con un sabor muy dulzón. Pero como yo ya sabía que los vinos chinos no eran de muy buena calidad solo me puse un culín para probarlo y por aquello de no hacer un feo, lo que a la postre se convirtió en todo un acierto vista la calidad del vino. En cuanto acabé con la copa me pasé directamente a la cerveza, por supuesto tb china, pero a la que ya estoy acostumbrado a pesar de ser bastante suave.
El problema vino cuando sacaron la botella de “bai jiu” (léase paiyo y que traducido literalmente significa alcohol blanco)... Que es básicamente un licor tipo “aguardiente / orujo” que se destila del maíz(?) (si no me mintieron...) y de no menos de 50º. Bajo mi punto de vista tiene un sabor bastante repugnante. De hecho, el regusto que deja, me recuerda bastante al olor a bosta de vaca. Si, ese olor típico de feria de ganado, que se te mete dentro de la nariz y no se te va en unas horas... pues para mi el baijiu deja un regusto similar en la boca... Pero bueno, nada que no se quitase con un buen trago de cerveza después del chupitazo (ahí, yo a lo macho, para quitarme el mal sabor del licor... un buen sorbo de otro alcohol... Que mezclar es saludable...)
Empezamos todos a brindar por el año nuevo y no se muy bien por qué, pero yo no me la olí venir... Todo el mundo quería brindar conmigo... yo diciendo que no, que no quería beber más (sobre todo por lo mal que sabía)... y todos diciéndome que no podía hacerles ese feo... Algunos ya ni disimulaban y me decían casi directamente que me iban a emborrachar... Hasta mi jefe diciéndome que tenía que demostrar a ver si era verdad que había estado trabajando en un bar y que era un buen bebedor... Los muy capullos (bueno, en realidad, las muy... ya que eramos solo 7 chicos) se ponían medio vaso de chupito y a mi poniéndomelo a rebosar para regocijo de todo el personal... Por lo que cuando me quise dar cuenta ya eran las 8:30 de la noche y yo ya llevaba un contentillo importante...
Pero.. Ayyy!!! Amigos… llegó la hora de ir al KTV (karaoke) y allí si que se terminó de liar... Al KTV llegamos unas 15 personas entre las que se encontraban dos chicos de logística, mi jefe, yo... Además de la directora de RR.HH. y la Manager de Logística, que debe rondar los treinta y pocos... pero toda la demás gente que nos acompañaba eran todo niñas...
Para los que no sepáis que es un KTV chino, básicamente consiste en un local enorme, en el que tu vas, reservas tu salita insonorizada con tus amigos, en la que hay una TV de pantalla plana de mínimo 42 “, unos sofás, unos micros y un aparato de karaoke. Te pillas unas botellas (que son bastante baratas) y te emborrachas mientras vais haciendo turnos para cantar y juegos de beber.
Esta vez no fue una excepción... En cuanto nos sentamos pusieron la típica cesta de fruta que ponen los chinos cuando van a beber como perras y dos botellas de Chivas 12 (que me tenía una pinta de ser “fake” que te cagas...) Y para mezclar, como no podía ser de otra manera... Te rojo. No es suficiente con que se pasen bebiendo té todo el día, sino que hasta por la noche para mezclar utilizan té... yo creo que hasta toman el té con cereales para desayunar... Con los “agradables” que son los whiskycolas...
Bueno, bueno... que me pierdo... Mientras los chinos iban cantando yo me dediqué a jugar a los dados contra mi jefe, algo que es realmente tradicional aquí, me refiero a los de los dados, no a que lo hagas con tu jefe... Las primeras 5 o 6 partidas las perdí, por lo que tuve que ir bebiendo, pero después ya “descubrí” su juego y empecé a ganar y a hacer que el que bebiese fuese él...
La verdad es que los chinos cantan bastante bien... Puede ser que fuese porque yo ya iba bastante borracho y que además no me conozco las canciones chinas, pero no daba la sensación de que desafinasen demasiado (serán las horas de entrenamiento...)
Fueron pasando las horas y tras varios juegos y más canciones ya solo quedábamos la “chavalada”... A partir de este momento la noche se vuelve un poco difusa... Recuerdo haber ido al baño unas cuantas veces y sacarme una foto con el móvil (que no voy a colgar, porque no se un carajo) con uno de los simpáticos policías chinos que siempre hay dentro de los locales...
Después de haber cantado una canción en el KTV (por obligación de los que me acompañaban) y echar un par de partidas más de dados con algunas de las niñas, mientras inexplicablemente y a pesar de los tragos que le daba mi vaso siempre estaba lleno de Whisky-té, comentaron que nos íbamos a otro local.
En este momento yo había decidido que me iba a ir a junto de Max, un amigo mío que estaba de farra... lo que a la postre se convirtió en un tremendo error. Me monté en el taxi y cuando ya estaba camino de Puxi (el lado oeste de la ciudad) me empecé a encontrar un poquillo mareado... Con la borrachera que llevaba le dije al taxista que media vuelta y para mi casa, pues ya solo me apetecía descansar... pero de repente y aunque ya llevaba la ventanilla del coche abierta para que me fuese dando el aire, me entraron ganas de vomitar...y ya que tenía la ventanilla abierta... Todo por la borda...
Lo mejor de los taxista chinos es que no se enfadan si les echas la papa (algo bueno tenían que tener). Ellos siguen conduciendo tan tranquilamente, lo que hasta está bien, porque así mientras vomitas te va dando el aire en la cara y así te despejas...
Además para suerte mía, el taxista con el que iba era de los majos y simpáticos y cuando volví a meter la cabeza dentro del taxi me estaba ofreciendo una cuantas servilletas de papel para limpiarme la boca (eso si, sin parar de conducir), lo que yo agradecí enormemente aprovechando las mismas servilletas para limpiar lo poco que había manchado la puerta por fuera mientras seguíamos camino de mi casa.
Llegué a mi compound, sin saber muy bien que hora era y tras darle una propinilla al taxista me fui directo a la cama tras beberme medio litro de agua del tirón.
Al día siguiente y tras comprobar algunos SMS me di cuenta de que ni siquiera eran las 12 de la noche cuando llegué a casa en tan lamentable estado!!! A mi esto de cenar a las 7 de la tarde... no sé no sé...
Y ya como despedida del Año Nuevo Chino, unas fotos de como tenían decorado mi compound. Aquí podéis ver la puerta de mi edificio con los tradicionales Chun Lian alrededor de toda la puerta y un par de farolillos.
Más farolillos colgados de los árboles (la verdad es que estaban por todos lados)
Un par de bueyes o vacas en las puertas para dar la buena entrada al año y evitar que entren los malos espíritus dentro de casa.
Y ya por último una de las tradiciones (además de los petardos y fuegos artificiales) de la noche de año nuevo. Lanzar globos de aire caliente y papel.
Y ahí va!!!