Y hoy, por fin comenzarán los Juegos Olímpicos Beijing 2008.
Después de que la TV china me masacrara durante estos dos meses con reportajes de deportistas olímpicos chinos que acudirán a estos juegos, así como de “viejas glorias”. Con las obras que han estado realizando en Beijing, las nuevas líneas de metro abiertas.
El Estadio del Nido de pájaro o el Cubo de la Burbuja,
Las medidas para rebajar o al menos intentar controlar la contaminación ... que sinceramente, creo que no es tan “chunga” como la pintan todos los medios extranjeros..., las demostraciones de la policía y cuerpos militares para evitar o actuar en caso de emergencia terrorista (que la verdad es que molan y acojonan la miso tiempo) o esos maravillosos reportajes sobre los voluntarios extranjeros que vienen a Beijing para colaborar con los juegos con una sonrisa en la cara y diciendo que China es lo mejor del mundo mundial.... Hoy, por fin, darán comienzo unos de los Juegos Olímpicos más polémicos de la historia reciente con una ceremonia de apertura que se espera sea espectacular.
Pero en Shanghai, que por cierto, también es ciudad olímpica, los juegos comenzaron ayer por la noche, con el partido inaugural Argentina (con Messi) – Costa de Marfil, que ganó la albiceleste por 2-1. El partido se notó más de lo que yo esperaba, empezando por los controles en el metro, con algo mas de seguratas, que se encargaban de pararte y solicitarte, muy amablemente por cierto, que abrieses tu mochila o te pasaban un detector de metales... por ver por la calle a Chinos vestidos con la camiseta de Argentina y la bandera pintada en la cara o la maravillosa aventura en la que se convirtió conseguir un taxi para volver para casa, después de haber ido al centro a dar una vuelta al salir de currar.
Como la Linea 6 de metro, que es la que tengo que coger para ir a mi casa, cierra bastante temprano, normalmente tengo que coger la Línea 2 y bajarme en Century Avenue, es es una estación intercambio por la que pasan 3 líneas. Desde allí a mi casa son unos 10 minutos en Taxi y encontrar uno no suele requerir más esfuerzo que salir por la boca del metro, acercarte hasta el borde de la acera y levantar la mano para que se pare uno de los cientos de miles de taxis que pueblan la ciudad. Pero ayer era especial y era prácticamente imposible encontrar un taxi que fuese libre y además había muchísima gente esperando.
Como lo de hacer colas organizadas no va con los chinos, ponerte con el resto no te garantizaba conseguir un taxi en un plazo relativamente corto en función del momento en el que te arrejuntases a la “cola”. Pues básicamente aquello se convirtió en “la caza del taxi” como si de un fin de año cualquiera se tratase. Yo estuve como 15-20 minutos intentando conseguir uno pero era imposible, los chinos se lo curraban por grupos... Si veían uno libre. Se ponían delante de él sin dejarle llegar a la parada y claro una vez el taxi estaba parado le abrían la puerta y para adentro... y los que estaban un poco más adelante, aunque llevasen más tiempo esperando... que se jodiesen.
Yo fui probando varios lugares y esquinas durante este tiempo, pero me fue imposible conseguir montarme en uno. Cuando ya llevaba unos 15-20 minutos esperado y ya estaba cansado de esperar de pie, me senté en el borde de la acera y me dediqué a ir levantando la mano cada vez que veía un taxi, fuese o no fuese ocupado, para ver si sonaba la flauta... y de hecho sonó. Se me acercó un chino con su Chery QQ (una burda copia del Daewoo Matiz, que en chino se pronuncia “ChiChi”) de color amarillo limón y me preguntó que a dónde quería ir...
- Qu nali? Me dijo.
- Wo qu Hongfeng Lu, le contesté yo. A lo que el tío afirmó con la cabeza después de reflexionar un pequeño instante.
Antes de montarme tocaba negociar el precio. El tío me quería cobrar 30 yuan, pero el taxi me cuesta 20, por lo que le dije que era muy caro... y ya que era un taxi ilegal, me dije a mi mismo que tenía que cobrarme menos que el taxi, por lo que intenté negociar los 15 yuans. El amable chino me había dicho 20, después de mi primera negativa, a lo que yo le respondí con los 15 que tenía pensado... El chinorri me dijo que no después de vacilar un segundo y arrancó en busca de otro cliente...
Allí me quedé yo de nuevo, sentado en el borde de la acera y esperando a que llegase otro taxi en la noche en la que era prácticamente imposible encontrar uno, mientras pensaba... joder... acabo de dejar escapar un “taxi”, después de llevar esperando 20 minutos por 50 cochinos céntimos de €uro!!!!
Así que cansado de esperar me levanté y decidí ir a otra zona con menos “cazadores de taxis”... y al final encontré uno... Pero ya eran más de las 11 de la noche, por lo que la tarifa ya había cambiado y la bajada de bandera eran 14 yuan en vez de 11... y como además donde lo cogí, el taxi no podía meterse directo, porque era dirección prohibida, tuvo que dar un pequeño rodeo y al final me acabó costando los 30 yuan que me había pedido el “taxista” ilegal...
Pero bueno, que sería la vida en el extranjero sin estas pequeñas “aventuras”... Después de todo solo tarde media hora más en llegar a casa y el taxi solo me costo 1€ más de lo normal.